Las diez palabras del cambio: Análisis de la teoría de la acción de un líder del cambio
A los luchadores del cambio siempre nos alegra encontrar más
luchadores del cambio, muchas veces mejores que uno mismo. Fernando Bolaños,
viceministro de gestión institucional sintetizó su
intervención de cierre de un congreso
sobre descentralización con diez palabras que seleccionó de los días del congreso. Esas palabras dejan
entrever su teoría del cambio del sistema.
Antes de analizar algunas de las diez palabras comentadas,
quisiera comentar lo que pude analizar en el viceministro como líder del cambio. Como siempre
he dicho los líderes no nacen, se hacen. Por eso debemos de aprender de todo
colega que nos encontramos en el caminar. Posee tres cualidades que yo, y
la literatura de la transformación educativa, consideran clave en un líder de
cambio: integridad, entusiasmo, pasión y
capacidad de inspiración, son cualidades necesarias para poner a un sistema
en movimiento.
Me ha dado gusto porque estoy convencido que este país necesita, más que una megainversión una megactitud. Gandhi supo inspirar a su país y logró cambiarlo, si hubiera tenido solo alta solvencia técnica no hubiese pasado a la historia y nadie lo conocería. Necesitamos muchos más líderes con el estilo de liderazgo de Ganhdi, tecnopolíticos.
Me ha dado gusto porque estoy convencido que este país necesita, más que una megainversión una megactitud. Gandhi supo inspirar a su país y logró cambiarlo, si hubiera tenido solo alta solvencia técnica no hubiese pasado a la historia y nadie lo conocería. Necesitamos muchos más líderes con el estilo de liderazgo de Ganhdi, tecnopolíticos.
Ahora paso a comentar su intervención.
Un liderazgo de
servicio
Debemos entender que la función pública es una función de
servicio. Servicio significa ponerse al final y no primero. Ello implica un
cambio de concepción del sentido del poder. Implica también repensar los
procesos de selección y captación del talento para trabajar en el ministerio y
sus órganos desconcentrado. Tenemos que captar a las personas con esa hambre de
servir a los demás para que asuman
cargos públicos y se decidan a trabajar en los órganos del estado en sus
diversos niveles. Creo que un funcionario público debe de ser una persona con
un profundo anhelo de justicia social. Sino lo tienes búscate otro trabajo. Hay una historia que grafica muy bien este liderazgo de
servicio que todos debemos desarrollar. Tres reyes iniciaron un largo viaje a
un lugar lejano, les acompañaba un siervo que les preparaba la comida, daba de
comer y cuidaba de los camellos y les
cantaba y divertía en los momentos de descanso. Ocurrió que un día despertaron y el siervo había
desaparecido. Se pueden imagina que el viaje nunca fue terminado, tuvieron que
dar marcha atrás ¿Quién era el líder en este grupo? ¿De quién dependían que
lleguen a la meta? Al final el siervo resultó ser el líder del equipo, puesto
que sin él no se pudo lograr el objetivo.
Ese es el nuevo liderazgo que tenemos que generar.
Pero este liderazgo de no debe estar solo en una persona,
también José Martín Vegas mencionó la palabra liderazgo distribuido, es decir,
este liderazgo lo tiene un colectivo, es
un resultado de las relaciones, no lo tiene solo una persona o varias. Es el fruto de la interrelación de todos, como
proponen las últimas definiciones del mismo (Ver Leithwood, Cómo
el liderazgo influye en el aprendizaje del estudiante).
“Eres y vales”. Tenemos para construir ciudadanía y ello pasa por decirle al otro “vales” y decírselo con gestos, con una mirada respetuosa, con un apretón de
manos, con la escucha atenta. Compartir lo que hace él cuando llega a un lugar.
Trata de saludar a todos y cada uno en primer lugar. Eso es construir
ciudadanía. No solo hablar de ella sino buscar transmitirlo hasta por lo poros
que cada peruano vale y es digno de lo mejor.
Luego mencionó la palabra capacidades. Acentuó el elemento de la pasión y el convencimiento
por lo que se hace. Pienso lo
mismo, si logramos inyectar pasión
convencimiento, lealtad y confianza
en un sistema que ha vivido en las antípodas de estas actitudes durante
años, se frenará la inercia. Pero ese entusiasmo, que va de la mano con el
desarrollo de capacidades, debe ir de la
mano con una mayor autonomía. “La
autonomía implica ser conscientes de nuestro valor”, afirmó, para poder después
tomar las mejores decisiones.
Como conclusión, creo que la educación en el Perú está
pasando por un momento histórico. Solo queda que todos pongamos el hombro y ejerzamos ese liderazgo de servicio para ser
juntos esa masa crítica contagiosa,
para que, como un virus bueno, se contagie por todo el Perú y contagie a todos
los países hermanos para construir un Latinoamérica más justa, fraterna y
reconciliada.