5 lecciones de la transformación de Singapur

 

Descubrí la figura de Lee Kuan Yew, un líder visionario, a través del conocido informe de McKinsey sobre los sistemas educativos más exitosos del mundo (Mourshed, Chijioke & Barber, 2010). Este análisis revelador destacó cómo la tenacidad y la duración en el poder de ciertos líderes políticos y estratégicos fueron cruciales para la sostenibilidad de reformas significativas. Entre ellos, Yew resalta como un faro de liderazgo prolongado y efectivo.

El gráfico anterior no solo destaca el excepcional tiempo de Lee Kuan Yew en el poder, sino que también pone en perspectiva su inigualable contribución a las reformas en Singapur, particularmente en el ámbito educativo. Durante casi 30 años como Primer Ministro, y contrastando significativamente con líderes como Thomas Menino, el segundo en la lista, quien fue alcalde de Boston por 15 años.

Más allá de su longevidad en el poder, Yew se distinguió como la fuerza impulsora de una era de cambios radicales y progresivos en Singapur. En su doble papel de Secretario del Partido Popular y Primer Ministro, no se limitó a impulsar reformas; las mantuvo y las nutrió con una visión y una resolución inquebrantables. Su enfoque estratégico y sus políticas audaces transformaron la educación, preparando el terreno para un cambio socioeconómico sin precedentes.

Bajo la guía de Yew, Singapur evolucionó de ser un país con ingresos modestos a convertirse en una destacada potencia económica mundial, ganándose el título de uno de los ‘Tigres Asiáticos’. Esta espectacular metamorfosis, orquestada por su liderazgo visionario, no solo redefinió a Singapur en el plano económico, sino que también lo estableció como un modelo global en desarrollo y progreso social, especialmente en la educación. El legado de Yew en la educación es un testimonio del poder transformador de un liderazgo comprometido y visionario.

En este artículo, comparto mis reflexiones y aprendizajes después de sumergirme en la visión de Yew por medio de su libro “La visión del mundo de un hombre”. Comparto cinco lecciones que pueden iluminar nuestro camino hacia la transformación de sistemas educativos en cualquier contexto.

Sobre el libro

En el libro “La visión del mundo de un hombre” Lee Kuan Yew comparte su vasta experiencia y profunda comprensión para ofrecer su visión del mundo actual y cómo podría ser dentro de 20 años. No es un tratado seco sobre geopolítica, sino la transcripción de una serie de conversaciones con un periodista reconocido. La conversación abarca a América, China, Asia y Europa, analiza sus sociedades, explora la psique de sus pueblos y saca conclusiones sobre sus posibilidades de supervivencia y su posible posición en la jerarquía del poder mundial futuro.

Yew se pregunta qué hace funcionar a una sociedad, en qué creen realmente sus habitantes y si pueden adaptarse. Describe una China obsesionada con el control centralizado en su camino hacia un ascenso imparable; un Estados Unidos que tendrá que compartir su preeminencia a pesar de su dinamismo incansable; y una Europa luchando por mantener su unión intacta. Sus opiniones francas sobre temas como el porqué Japón se cierra a los extranjeros, por qué la Primavera Árabe no traerá una democracia plena al Medio Oriente, y por qué la prevención del calentamiento global no será tan fructífera como prepararse para él, hacen de este libro una lectura fresca e intrigante. Lee concluye el libro analizando el futuro de Singapur, sus preocupación al respecto, y comparte su visión de su vida personal y su concepción de la muerte.

5 lecciones

1. Transformación Sistémica: Más Allá de la Educación

Descubrí que el cambio educativo, aunque crucial, es solo una pieza del rompecabezas de una transformación sistémica más amplia. La educación, por sí sola, no es suficiente para cambiar el mundo. Tiene el potencial de cambiar mentalidades, pero necesita ir de la mano con otras reformas que aceleren el desarrollo de una sociedad igualitaria. Las sociedades desiguales solo traen tensión y con el tiempo pueden convertirse en ollas de presión que en cualquier momento pueden explotar.

2.Cohesión Social y Sacrificios Compartidos

Observé que cuanto más unida es una sociedad, más dispuesta está a aceptar sacrificios colectivos, como un aumento de impuestos que beneficie a todos. Ejemplos claros son Singapur, Japón, los Países Bajos y Suecia. En contraste, en países con menor cohesión, como Perú, Estados Unidos y el Reino Unido, se observa una mayor resistencia a estos sacrificios. La tarea urgente es, entonces, fomentar esa cohesión social. En Perú, un país de diversidad cultural y lingüística, el desafío es encontrar elementos unificadores más allá del idioma español y el catolicismo, que ya no tienen la fuerza de antaño.

Entonces, surge una pregunta crucial: ¿Qué podrían hacer los políticos para abordar estos desafíos de cohesión en el Perú? ¿Cómo pueden los líderes políticos y sociales fomentar un sentido de unidad y propósito compartido, que permita a la nación enfrentar colectivamente sus desafíos y aprovechar sus oportunidades únicas? Esta reflexión nos lleva a considerar la importancia de estrategias inclusivas y de construcción de consenso, esenciales para el desarrollo de una sociedad más cohesionada y resiliente.

3.Estrategia Geopolítica y Convivencia

La clave para lograr una convivencia pacífica y fructífera tanto con los países vecinos como en el ámbito global reside en una comprensión clara de las propias fortalezas y vulnerabilidades, una lección magistralmente demostrada por Singapur. Lee Kuan Yew ilustra esto con la poderosa metáfora del “árbol pequeño”, representando a Singapur, rodeado de “árboles gigantes” como China y Estados Unidos. Esta analogía destaca no solo los desafíos inherentes de mantener la soberanía y la identidad en un contexto geopolítico complejo, sino también la importancia de la astucia y la estrategia en la política internacional.

Yew subraya que, al igual que un árbol pequeño que busca su lugar bajo el sol entre gigantes, Singapur ha tenido que ser extraordinariamente hábil y adaptable para sobrevivir y prosperar. Ha logrado esto mediante una política exterior equilibrada y una identidad nacional fuerte y unificada, que le ha permitido navegar con éxito las dinámicas cambiantes del poder mundial. Este enfoque de equilibrio y adaptabilidad es crucial para cualquier nación que busque establecer relaciones armoniosas y beneficiosas con sus vecinos y el mundo en general.

4. La transformación de un país es posible

A pesar de que Singapur es considerablemente más pequeño en comparación con los países latinoamericanos y posee una mayor homogeneidad étnica, algunos expertos en educación y política comparada podrían argumentar que no puede ser una fuente de inspiración. Sin embargo, en mi opinión, Singapur se erige como un claro ejemplo de cómo políticas definidas, liderazgo firme y flexibilidad pueden catalizar el avance de un país. Ha demostrado que, en el lapso de 50 años, una combinación de políticas económicas, educativas, lingüísticas y éticas puede efectuar un cambio significativo.

En el aspecto lingüístico, por ejemplo, a pesar de la proximidad del malayo y del chino mandarín, se tomó la decisión estratégica de oficializar el inglés como lengua nacional. Se optó por no fomentar los dialectos chinos, incluso en los medios de comunicación nacionales, para promover en cambio el inglés, a pesar de la oposición del algunos grupos, lo que generó resultados positivos. Estoy seguro que los ciudadanos valoraban sus lenguas respectivas como parte de su identidad cultural, pero había que mirar el desarrollo del país y la lengua inglesa era y sigue siendo la lengua de la economía y del conocimiento.

El enfoque pragmático es fundamental para el cambio de un país. Yew, citando al líder chino Deng Xiaoping, quien abrió China al mundo, destacó la importancia de enfocarse en los resultados más que en las ideologías, como lo ilustra el dicho: “no importa si el gato es negro o blanco, lo que importa es que cace ratones”. Esta mentalidad pragmática ha sido clave en el progreso de Singapur. En términos de integridad, Yew señala que Singapur es un raro ejemplo en la región Asia-Pacífico, donde la corrupción es un mal endémico, logrando mantener niveles casi inexistentes de corrupción, lo que ha fortalecido la confianza de los inversores.

En cuanto a la meritocracia, Yew sostiene que ha sido un pilar en el desarrollo de Singapur. No obstante, Michael Sandel critica este sistema en su libro “La Tirania del Mérito. ¿Qué ha sido del bien común?” (2020), argumentando que la meritocracia solo es efectiva en la primera generación, ya que las generaciones subsiguientes tienden a formar una suerte de aristocracia que protege sus intereses y los de sus hijos, llegando incluso a hacer trampa. Este fenómeno, según Sandel, está ocurriendo en Singapur, donde esa nueva aristocracia limita el ascenso social de otros.

En el ámbito educativo, se estableció el Instituto Nacional de Educación como el único centro de formación docente a nivel nacional, con altos estándares de admisión, remuneraciones competitivas y un elevado prestigio social. Además, se reformaron las universidades y se apostó por políticas educativas de largo plazo.

5. El Poder Como Herramienta para el Bien Común

El ascenso político de Lee Kuan Yew, desde Secretario del Partido Popular hasta Primer Ministro durante más de tres décadas, es un testimonio de cómo el poder, cuando se maneja con sabiduría y visión, puede ser una fuerza transformadora. Bajo su liderazgo, Singapur experimentó cambios significativos que mejoraron sustancialmente la calidad de vida de sus ciudadanos. Esto nos enseña una lección vital: el poder, en sí mismo, es una herramienta neutral, pero su verdadero valor se revela en cómo se utiliza. Yew encarna la imagen de un líder que no solo alcanzó el poder, sino que lo ejerció con un enfoque decidido en el progreso y bienestar de su nación.

Esta perspectiva se alinea con las ideas de Jeffrey Pfeffer (2022), investigador del poder de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford. En su obra “Los Caminos del Poder”, Pfeffer analiza a figuras como Yew, destacando cómo su habilidad para navegar en el complejo mundo de la política y su uso estratégico del poder fueron esenciales para implementar reformas profundas y duraderas.

El legado de Yew nos recuerda que adquirir poder no es el fin último, sino un medio para generar un impacto positivo. Su ejemplo es una guía para cualquier líder que aspire a usar su influencia para el bien mayor, demostrando que con el poder correcto y la intención adecuada, es posible lograr transformaciones extraordinarias.

Referencias

Mourshed, M., Chijioke, C., & Barber, M. (2010). How the world’s most improved school systems keep getting better. McKinsey.

Pfeffer, J. (2022). 7 Rules of Power: Surprising — but True — Advice on How to Get Things Done and Advance Your Career. BenBella Books.

Sandel, M. J. (2020). La tiranía del mérito: ¿Qué ha sido del bien común? Penguin Random House Grupo Editorial España.

Yew, L. K. (2019). One Man’s View of the World. Straits Times Press.

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