No los dejes solos. 10 recomendaciones para la educación de los adolescentes


Una de las etapas de la vida más incomprendidas en todas las épocas es la adolescencia.  Hasta hace poco yo mismo pensaba igual que la antropóloga Margaret Mead, quien concluía después de estudiar otras culturas, que la adolescencia en cuanto tal no existe,  es una creación cultural. Yo pensaba igual, puesto que me sorprendía ver hombres y mujeres plenamente desarrollados físicamente y con grandes capacidades intelectuales ser tratados como niños, llevados en carro al colegio, etc, sin poder explotar y explorar todo su potencial. Eso no me parecía justo para ellos, de allí, pensaba yo, nacía su frustración o rebeldía, puesto que en otras culturas a la edad de 15 años asumen su rol de adulto, en muchos casos incluyendo el matrimonio y la independencia del hogar.  Como es el caso en la actualidad de la cultura Shawi en la selva peruana, que es la edad de contraer matrimonio de los hombres. 

Después de profundizar un poco más sobre la biología adolescente, sigo pensando que la secundaria no debería de existir tal como la conocemos, una suerte de cárcel para los jóvenes que quieren conquistar el mundo y desplegar sus capacidades, pero sí pienso de manera distinta respecto a la existencia de esta etapa de los humanos  y de muchos mamíferos llamada adolescencia. Ahora pienso que sí existe un periodo específico al finalizar la infancia de los humanos que llamamos adolescencia. Lo que me lleva a ser más comprensivo acerca de los profundos cambios por los que están pasando. 

Lo que me ayudó a este cambio en mi manera de pensar es, además de la observación de mis propios hijos adolescentes y de mi experiencia enseñando adolescentes, es  leer el libro de Sarah-Jayne Blakemore. 

¿Por qué me animé a leer ese libro? En su última entrevista Richard Elmore recomendó tres libros clave que todo docente y padre de familia debería de leer para generar una cultura del aprendizaje, dos acerca del desarrollo cerebral de los niños (Padres jardineros o carpinteros) y de los adolescentes (La invención de uno mismo) y uno acerca de cómo ser un aprendiz de por vida (The Beginners) . Iré comentándolos uno a uno en post distintos.  En éste comentaré el libro dedicado al cerebro de los adolescentes. 

Éste se titula La invención de uno mismo: La vida secreta del cerebro adolescente (Blakemore, 2018). Elegí empezar por este porque tengo dos hijos adolescentes y quería esforzarme en comprender un poco más lo que está pasando dentro de ellos a nivel biológico.   Ha sido escrito por  Sara Sarah-Jayne Blakemore, profesora de psicología del desarrollo en la universidad de Cambrigde en el Reino Unido.  Se puede encontrar un video  TED en el que explica en 14 minutos algunas de las  investigaciones que aparecen en el libro. 

Mi impresión general del libro, en el que hace un repaso de recientes descubrimientos neurobiológicos, es que las neurociencias aún están en estado incipiente, no dice mucho en concreto acerca de cómo educar adolescentes de manera específica. Sin embargo,  ya se tiene información sólida y suficiente para seguir impulsando con más fuerza la reestructuración del sistema educativo y sociedad en general. 

La principal idea fuerza es que debemos aprovechar esa segunda ventana de oportunidad del desarrollo humano. Recordemos que: “el cerebro adolescente es moldeable y adaptable: según las investigaciones sobre el desarrollo cerebral, puede que la adolescencia sea un período de plasticidad neural relativamente elevada, sobre todo en regiones implicadas en la toma de decisiones, la planificación y la cognición social” (p. 148).

Imagen tomada de Pixabay

Algunas de las aplicaciones más prácticas de sus descubrimientos son: 

1)  Sé flexible con el inicio de las clases en la mañana.  La melatonina, hormona del sueño, se produce un poco más tarde en la adolescencia, por eso les cuesta conciliar el sueño y, por ende, levantarse temprano. Hay un desorden en su ciclo circadiano.  Recordemos que el reloj circadiano radica en una parte del cerebro llamada «núcleo supraquiasmático» (NSQ), que organiza la síntesis de melatonina en la glándula pineal durante la noche. Por ejemplo, en algunas escuelas Big Picture Learning las clases empiezan 8:45 am.  El consejo es no seas tan drástico cuando veas a un adolescente que se quede dormido en la mañana y los colegios secundarios deben empezar sus clases más tarde. 

2) Que tus advertencias sean sobre los efectos a corto plazo. Al adolescente no se le debe advertir o amenazar con consecuencias a largo plazo, sino por efectos inmediatos.  Por ejemplo, en vez de decirle debes lavarte los dientes porque en el futuro tendrás tu dentadura bien cuidada, tendrá más efecto en su conducta una advertencia inmediata como, sino no te lavas los dientes tu aliento será desagradable para tus amigos y amigas.  Este segundo es mucho más efectivo.  Como dice la autora: 

estos estudios sugieren que, si queremos frenar ciertos tipos de asunción de riesgo entre los jóvenes, es conveniente centrarse en las consecuencias sociales, inmediatas, de las acciones y las decisiones antes que en lanzar advertencias serias —o además de ellas— sobre repercusiones a largo plazo (p. 182).


De la misma manera, las acciones de persuación deben estar centradas en recalcar valores que son importantes en la adolescencia: 

Así pues, parece que las intervenciones de salud pública dirigidas a los adolescentes probablemente serán más efectivas cuando se centren en valores importantes para la gente joven: en este caso, sentirse una persona autónoma y con conciencia social.(p. 182). 

Existen más posibilidades que un adolescente deje de comer comida chatarra si se le muestra las estrategias de manipulación de muchas empresas que la fomentan, que darle una charla de porqué comer saludable. El anhelo de justicia y no dejarse manipular es más efectivo que  la otra estrategia. 

 

3) Apóyate en el grupo para cambiar al grupo. Los descubrimientos muestran la poca efectividad de campañas millonarias para reducir el uso de alcohol en adolescentes.  Como se sabe en grupo asumirá más riesgos. Entonces, la solución pasa por involucrar a los líderes del grupo para que se adhieran a ese estilo de vida.  Eso es más efectivo que solo explicar las consecuencias de tomar alcohol  y manejar.

4) El fin de la adolescencia es un asunto sociocultural.  El inicio de la misma es claro según la biología, pero el fin de la misma depende de la cultura. Es por ello que los DNI o permiso para trabajar no debería ser igual para todos.  Entendiendo como madurez, la capacidad de gestionar solo la propia vida.  En mi opinión, en un futuro cercano, sería la pequeña comunidad que, como fuera antes,  decide si ya es momento de asumir roles adultos como la votación y elecciones laborales. Ello en un rango entre los 15 y 25 años.    María Montessori decía que si quisieras mostrarle a un extraterrestre  a un ser humano con todas sus facultades, que conozca a un niño de 10 años. Soy un convencido que subestimamos las capacidades de asumir roles sociales  de los adolescentes. 

5) Enseñar matemáticas más tarde. Algunos estudios mostraron que las matemáticas se aprenden mejor en la adolescencia tardía: 

Estos hallazgos sugieren que el entrenamiento en el razonamiento no verbal y en la numerosidad, relacionados ambos con el rendimiento en matemáticas en la escuela, tiene mayores efectos en la adolescencia tardía (y la etapa adulta) que en la mediana o la temprana. ..Los resultados de este estudio subrayan la relevancia de esta fase tardía del desarrollo en la educación y ponen en entredicho la generalizada suposición de que, para el aprendizaje, «antes siempre es mejor». (p. 113)

Más adelante dice que  “tal vez sería más eficiente esperar a esa adolescencia tardía para aprender determinados tipos de habilidades cognitivas” (p.114).

6) La mentalización se desarrolla. 

 La mentalización es la facultad de elaborar opiniones sobre la mente de los otros. Esta facultad se va desarrollado en la adolescencia, por lo que si un adolescente no se puede poner en el lugar del otro al inicio, con un entrenamiento lo logra después de un tiempo. Pero ello implica que los papás seamos pacientes, si el adolescente no se dio cuenta de una necesidad del otro o si no pudo ponerse en el lugar del otro como uno lo esperaría. Solo es cuestión  de explicitar y entrenar esa facultad.  Cuántas discusiones familiares se han originado por juzgar  con la misma vara a  los adolescentes.

7)  No seas tan drástico en tus sanciones y sé profundamente compasivo. 

Hay que ser profundamente compasivo o acogedor con cada uno. Como dicen, debemos  tratar a todos amablemente porque no sabes que batallas están lidiando. Esto es aplicable a todo ser humano, pero creo que de manera muy especial con los niños y adolescentes.   Como decía Montessori (1986) ellos están en una continua “conquista de su propia independencia”,  añadiría una conquista titánica de sí mismo y su propia independencia.   Dennis Litkky  uno de los fundadores del modelo Big Picture Learning, colegios para adolescentes basados en pasantías en el mundo real,  comenta que un adolescente así como es fuerte y resistente es muy sensible a comentarios que lo puede dañar de por vida: 

Incluso los más duros nos necesitan más de lo que jamás admitirían. Como adultos, tenemos el poder de quebrarles el ánimo incluso con la más mínima palabra o gesto y, con algunos chicos, es posible que nunca tengamos la oportunidad de ayudarlos a recuperarse  (Littky & Grabelle, 2004, p. 45)

Esta recomendación también tiene un correlato en cómo las drásticas sanciones sociales que se tienen con adolescentes, como es la pena de muerte. La sugerencia es reformar sanciones del sistema penitenciario americano. Eliminar la pena de muerte a jóvenes de 18 años, puesto que su libertad no es total cuando comenten esos actos, debido a la presión social. puesto que se ha descubierto que los jóvenes tienen menor control de sí cuando se encuentran con amigos.  Es decir, si están en grupo son capaces de hacer cosas que en otro momento no harían.

8) Nunca es tarde para desarrollar el autocontrol de emociones.  Entrenar desde la niñez en autocontrol, al parecer, es un posible buen predicador de un futuro estable: 

Curiosamente, el nivel de autocontrol en la niñez predecía diversos resultados en la adolescencia y la edad adulta. Los niños con puntuaciones bajas de autocontrol acababan teniendo una salud peor a los 32 años, incluyendo una menor capacidad pulmonar y una mayor incidencia de afecciones como la enfermedad de las encías o la obesidad. Los niños con poco autocontrol también eran más propensos que los niños con mayor autocontrol a acabar siendo adictos a drogas como el tabaco, el alcohol o el hachís. (p. 177).  

Si no lo hiciste en la niñez, no es tarde aún, la autora recomienda métodos como la meditación.  Lo define como “ un estado del ser fomentado por la meditación, en el que el individuo concentra la conciencia en el momento presente al tiempo que reconoce y acepta sus pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales”(p. 179).  Ya hay estudios en marcha sobre el mismo, pero aún no se terminan. 

Si en la adolescencia el cerebro es particularmente moldeable, esta podría ser una época clave para que el entorno ejerza sus efectos positivos; por otro lado, no es demasiado tarde para la intervención terapéutica en los casos en que los individuos podrían necesitar ayuda adicional (p. 180)

9) Aprovecha su creatividad bullente.  Quizá se podría trabajar más emprendimiento, Diseño del pensamiento, prototipo y maker spaces en todas las secundarias, como lo hace la escuela secundaria NUVU. Al respecto dice Blakemore que “ diversos estudios experimentales han señalado que ciertas formas de creatividad alcanzan su momento álgido a mediados de la adolescencia” (p. 222)

Maker space. Imagen tomada de Sparkfun, 2015.

10) Convierte a la tecnología en tu aliada, no en tu enemigo. Platón también se preocupaba de los daños que podría generar una reciente tecnología que se introdujo en su época, la escritura. Llegó a decir que haría un daño profundo a la memoria: “Ella solo producirá olvido en las almas de los que la conozcan, haciéndoles despreciar la memoria”.  No es tan lejano a los miedos de los adultos frente al tiempo excesivo frente a la computadora y el uso de videojuegos. 


A manera de cierre es necesario hacer explícito el reconocimiento a todos aquellos científicos como Peter Richard Huttenlocher (1931 – 2013)  que realizaron aportes con poco nivel de desarrollo tecnológico para sentar las bases de la neurociencia.  La autora lo menciona en varias ocasiones y como es que el Escáner de resonancia magnética (IRMf) y la tomografía de emisión de positrones (TEP)  han permitido realizar grandes saltos para la comprensión del cerebro.  Al final, somos enanos sobre hombros de gigantes. 

Conclusión

Aún sabemos poco acerca del cerebro adolescente, pero sabemos lo necesario para empezar cambios sustanciales en el hogar, en la escuela y en la sociedad. Está en manos de cada uno lo que puede hacer y hará.  El sentido de urgencia viene cuando tomamos conciencia del daño que hemos hecho y estamos haciendo a generaciones de jóvenes para los que pudimos ser catalizadores  y no obstáculos para su pleno desarrollo.



Referencias

Blakemore, S.-J. (2018). La invención de uno mismo: La vida secreta del cerebro adolescente. Grupo Planeta.  

Littky, D., & Grabelle, S. (2004). The Big Picture: Education is Everyone’s Business. ASCD.

Montessori, M. (1986). La mente absorbente del niño (Editorial Diana, ed.). México DF.


Comentarios

Víctor Vicente dijo…
Excelente tus aportes, efectivamente hay mucho que hacer por los jóvenes, por sus taknetos, sus capacidades y sus emociones, su propósito de vida y su concepto de felicidad son volátiles y en las escuelas de secundaria nones prioridad esos anclajes de conocimientos, gracias por las referencias y los aportes en este artículo.
Saludos Víctor flores torres

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