El día de ayer me invitaron a una reunión de la escuela de mi hijo. Fue mi primera vez. No sé si podríamos llamarlo parte de la, tan mentada en el mundo docente como solución para diversos problemas, “Escuela de Padres”, porque no lo mencionaron así. Era una invitación para pasar una tarde como lo hacen nuestros niños. Llegué diez minutos después de la hora pactada. Me recibieron los jóvenes que me reciben en la mañana cuando voy a dejar a mis hijos. Entre al salón de la profesora de mi hijo. La saludé como siempre y pude observar que ya habían llegado otros 3 papás, de los 14 que son en la clase. Al final llegaron 2 o 3 más, pero me causó extrañeza, puesto que sé que el nivel inicial es la etapa en la que los padres están más involucrados. Quizá fue el día. No lo sé. Procedo a narrar la dinámica del trabajo y al finalizar comparto algunas reflexiones que me generó la visita. Se nos invitó a jugar con lo que nos llamara la atención. Había una mamá ordenando unos muñequitos, otro p