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Mostrando las entradas de marzo, 2007

el debate sobre el derecho a la educación: un tema pendiente

Como todos saben Katarina Tomasevski, una ilustre pensadora en temas educativos, falleció hace ya algunos meses de cáncer generalizado después de haber entregado su vida a la lucha por una mejor educación para todos en su trabajo como relatora de la ONU. Quisiera comentar el informe presentado sobre el derecho a la educación del año 2004. Nos introduce en el gran debate del derecho a la educación que se inserta en el ámbito de los derechos humanos. Hace un repaso de lo que se ha venido haciendo en los años 2003 y 2004. Hace después un análisis de los principales problemas que llevan a una exclusión de la educación por motivos económicos, luego sobre aquellos por motivos de creencias o culturales y analiza finalmente lo riesgoso del uso de ciertos términos que necesitan de una aclaración, como es el caso de la escolarización, que es un medio en sí misma, y que al perder dicho carácter puede ser dañina. La exclusión de la educación por motivos económicos Una inmensa cantidad de niños tod

¿Por qué una escuela pública gratuita?

Algunos ensa yo s de respuesta. Porque el estado es el encargado  de velar por el bien de todos los ciudadanos, el bien común. El bien de una persona es su pleno desarrollo. El primer ámbito de despliegue es la familia, pero por la absorción del trabajo, la enorme cantidad de conocimientos, la enorme tradición cultural, histórica que se quiere transmitir es que se opta  por confiar dicha transmisión, desarrollo de habilidades, desarrollo integral  de la persona  para su plena inserción  en la sociedad a una institución determinada que se dedique a eso, que se llama Escuela. ¿Por qué gratuita? ¿Qué significa gratuito?  que no se paga, ¿por qué debemos pagar otras cosas y otras no? Yo no voy a la calle y me agarro un plátano de la tienda porque sí, debo pagarlo, pero sin embargo, yo no pago para vivir. Primera conclusión: no se paga aquello  a lo cual tengo derecho esencial, como vivir, respirar y educarme, los dos primeros físicos, biológicos, el último menos aprehensible. Po

el cambio y los docentes

The ultimate power to change is--and has always been-- in the heads, hands, and hearts of the educators who work in the schools. --Sirotnik and Clark, 1988 “Al final el poder del cambio está- y siempre lo ha estado- en las cabezas, manos y corazones de los educadores que trabajan en las escuelas”             Qué tal esta frasecita que la encontré en  una página de Gesión Basada en la escuela. http://www.nwrel.org/scpd/sirs/7/topsyn6.html    

escuelas que aprenden parte II

“Ante el problema básico de que las estructuras escolares existentes no apoyan consistentemente una enseñanza-aprendizaje efectivos, debiéramos reconocer que le asunto no consiste en crear una organización escolar capaz de poder llevar a la práctica cualquier  reforma o demanda externa, sino en diseñar una organización apta para responder productivamente al conjunto de nuevas iniciativas, que, inevitablemente, se puedan ir presentando en el futuro” Ibid. P 60. Para pensarlo ¿No? Quizá por ahí vaya la cosa, ¿por qué no intentarlo? Ya hemos probado tanto.  

escuelas que aprenden: ¿La solución al problema educativo?

Dice Bolivar: “Está adquiriendo mayor audiencia la teoría de que las escuelas son sistemas sociales abiertos y ‘caóticos’ , no sometibles a una gestión racional centralizada. La idea de Organizaciones que Aprenden tiene, es su lugar, al ventaja de que las escuelas ganen capacidad para autoorganizarse , respondiendo a  los posibles problemas que surjan” [1] .   Me pareció interesante, por lo siguiente: en primer lugar al decir sistema social, amplias la visión de la escuela caja negra,  a una escuela entrelazada con la sociedad, que forma una suerte de urdidumbre de relaciones, e interacciones; en segundo lugar el elemento de caótico, es decir, impredecible, cada escuela es única e irrepetible como únicas e irrepetibles son las personas que la sacan adelante (o la hunden).  Por lo dicho anteriormente me parece oportuno ponernos a pensar cuando dejaremos de pensar en las reformas macro, en propuestas top-down. E intentaremos complementarlas con una apuesta y confianza real en la

¿cuál es el fin último de la experiencia escolar?

Estaba revisando un interesante  libro titulado “Cómo mejorar centros educativos” de Antonio Bolivar, un reputado experto en evaluación y mejora educativa, y en un momento afirma que “la mejora de los aprendizajes de los alumnos… es la misión última que justifica la experiencia escolar”. ¿Es cierto eso? Antes de entrar en un debate es necesario definir los términos del mismo.  Pero el problema es que la palabra aprendizaje tiene una gran cantidad de definiciones lo  que genera una ambigüedad en la determinación del fin último  de la escuela. Si nos referimos a aprendizaje como proceso en el que la persona descubre el sentido de su vida, se conoce a sí misma, descubriendo su mismidad,  vislumbrando la misión única e irrepetible que está llamado a cumplir y desplegar a sí sus dones y talentos para el bien de los demás, entre ellos la capacidad de comprensión de la realidad en todos sus aspectos, en todos los niveles de lo real. Entonces estamos de acuerdo. Pero si para otro aprendi